Ha tardado Madrid a uno de los mejores marinos que ha tenido España y uno de los mejores de la historia naval. De triunfo en triunfo no pudieron los ingleses vencerle nunca y como colofón a su dilatada carrera les pudo ver huir con el rabo entre las piernas antes de morir en el glorioso sitio de Cartagena de Indias.
La financiación de la escultura, obra del creador madrileño Salvador Amaya, se ha hecho por suscripción popular y a iniciativa de la Asociación Monumento a Blas de Lezo, tal y como fueron concebidas otras ilustres estatuas de la capital, como la del Rey Alfonso XII, Colón o Espartero.
El pasado mes de diciembre, se constituyó un grupo de trabajo en el que estaban representados la Armada, el Ayuntamiento de Madrid, las Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando, de la Historia y de la Lengua, la Casa de América, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la mencionada asociación, con el objetivo de materializar la creación del monumento a Blas de Lezo.